martes, 28 de abril de 2009

Fin de semana

El humo y una camarera antipática junto a dos cervezas belgas de abadía. Así distraen el diálogo infinito e insomne sobre las películas fantásticas e ineludibles para programadores de videojuegos, y los textos que jamás publica un loco que quiere reencarnarse en piloto de un Mustang P-51 de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial. El regalo de Nu y S0da hace que no olvide que tiene un símil inequívoco a Spike Spiegel, no solo por la apariencia física, sino también por ser afortunado en sus amistades.
Un poco más tarde la música no se detiene; Pancho lo hace de maravilla, mientras la mujer ideal para estar enamorado de por vida le abraza por la cintura. Quizá es por la manifiesta falta de compatibilidad sexual entre ambos, o puede que sea por su condición de ex cuñados, pero desde ese instante no deja de pensar en lo afortunado que es.
El sol sale de nuevo. No tiene prisa, y jugueteando entre las sabanas caen en sus fauces un par de capítulos de Maus y 6 o 7 hojas de esos sueños de pan untado con cacao, avellanas y azúcar, que se digieren a toda velocidad.

Maravillosas jornadas!

Enric

sábado, 18 de abril de 2009

Treinta

Puedo explicarles que hoy fui feliz porque pude ayudar a alguien a demostrar que su esfuerzo va a llevarle mucho mas lejos de lo que imagina. Además, durante la cena disfruté una vez mas de las charlas con mi amigo Nuko sobre esos textos que tengo a medias y que dan forma a algo que intento expresar con palabras, pero que nunca saco a pasear por miedo a los "que diran", y a los "pero tu no eras de ciéncias?". También he estado alegre por que me sorprendí a mi mismo durante una llamada telefónica, mientras cubría el micrófono con la mano para gritarle a mi amiga Cíntia un "sí, de esa chica podría enamorarme!!" con rotundidad y sin temor ni duda; y que al final de la noche después de intentarlo con una Deliriums Tremens entendí que inevitablemente soy el chico de la Märzenbier, y que hoy es una de esas tantas razones que me hace tener un pasado común la gente a la que amo, y que los treinta no son más que la continuidad de mi esfuerzo por llegar a ser alguien que se levante cada día alegre, feliz y orgulloso de ser quien es, y de proceder de donde procede.

Enric