Cuando llego aquí enmudezco y espero. No es que no perciba nada, ni es cosa de este silencio, sino del hastío que abunda en otoño. Cuesta sobrevivir al ruido y sobreponerse al constante atardecer de la decadencia.
Lo explico con prudencia, siempre expresándome con la entereza y la sobriedad del astuto que acostumbra a regalar flores, pero que cuando está solo escucha a Nick Cave & The Bad Seeds para no perder la esperanza de algún día salvar su alma.
Cada noche exhalo un lamento al despedirme de la ciudad desde el balcón para meterme en la cama: es el maldito human behavior que odio y desprecio, y que parasita aferrándose en el interior del ser; aun teniendo siempre algo que enmendar no existe un remedio para el sosiego involuntario, y al final es cierto que mis palabras son como el viento cuando aúlla un discreto la,la,la,la, y que la oscuridad es el destierro que aguarda a todo aquello que se desvanece en el horizonte.
Enric